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Conciertos de verano

En nuestras largas jornadas en plena naturaleza, desempeñando actividades guiadas o no, tenemos la suerte de escuchar un sinfín de estupendos cantautores que nos sorprenden con sus compases, sus tempos y sus melodías.

Este inmenso concierto gratuito que nos ofrece la naturaleza durante todas las estaciones del año, aunque en primavera y verano sea más notable, está compuesto por numerosos concertistas. Los pájaros merecen una especial mención debido a sus amplios repertorios, pero hoy dedicamos estas líneas a otros de estos músicos protagonistas.

Anfibios e insectos son los principales artistas acompañantes de las aves en los conciertos matutinos y vespertinos que disfrutamos con vosotros en nuestras salidas al campo. En muchas ocasiones son especies, sobre todo en el caso de los insectos, que tienen por parte de los humanos, un gran desconocimiento e incluso repudio. 

 

A finales de la primavera y sobre todo en las noches de verano, esas en las que el cielo estrellado nos deslumbra con su inmensidad, aparecen dos músicos extraordinarios que nos alegran con sus ritmos repetitivos. Lo impresionante de sus serenatas es que no las realizan con las poderosas cuerdas vocales de una cantante de ópera, sino que la realizan con el roce de sus alas delanteras o tegminas. 

 

 

Pese a que nuestra sociedad repudie generalmente a los insectos, los grillos y los grillo topos han formado parte de muchos de los juegos de niños en los pueblos, sirviendo de contacto con la naturaleza, pese a que generalmente el destino para los primeros fuera su encierro en una jaulita hasta que el niño se cansaba de su concierto, si bien no era éste algo peor. En otras culturas, sobre todo en la asiática, siempre ha sido un animal que traía buena suerte. 

Por desgracia para nuestra sociedad, este contacto tradicional con el campo ha desaparecido casi por completo en el haber de estas nuevas generaciones, a las que sólo los videojuegos y las redes sociales parecen entretener. Los niños ya no escuchan ni buscan a sus amigos los grillos.

Grillo (Gryllus campestris)

Algunas personas creían que, cuando dejaba de cantar, era porque algo malo estaba a punto de suceder. Y por eso se tenía la creencia de que era igual o mejor guardián que un perro, pues cuando alguien entraba en la casa de alguien que tenía un grillo, este se quedaba en silencio. Dada su relación con la humedad, también se le creía portador de lluvias y se pensaba que su alimento eran las gotas del rocío.

Años atrás mucho más comunes, debido entre otros factores al uso menor de insecticidas, los grillos y los grillo topos o también llamados alacranes cebolleros, ambos inofensivos, se dejan oír pero más difícil es su observación dadas sus costumbres subterráneas. 

 

El grillo topo (Gryllotalpa gryllotalpa), de mayor tamaño que el grillo común (Gryllus campestris) nos ofrece un chirriante sonido que a veces, en la lejanía puede recordar incluso al canto del Chotacabras gris (Caprimulgus europaeus). Desde su galería, este ortóptero extremadamente adaptado a la vida como excavador en el subsuelo,  usa su galería como amplificador  e incluso hace que el canto de éste puede incluso ser molesto a nuestro oído. 

Chotacabras gris (Caprimulgus europaeus) capturado para su estudio científico en una jornada de anillamiento en el Urdaibai Bird Center.

Su nombre procede precisamente de su semejanza con el Topo (Talpa europaea) debido a que ambas especies son prácticamente subterráneas. 

Grillo topo (Gryllotalpa gryllotalpa)

 

Cada vez más escasos, esperamos que los alegres compases de estas noches de verano sigan sucediendo y alternándose con las más bellas melodías de los pájaros estivales, de los celos de los anfibios y del chirriante ritmo diurno de las chicharras o cigarras, otras protagonistas de los conciertos veraniegos.

¿Que sería de una calurosa noche de verano sin escuchar un sólo grillo?

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