Los frondosos pinares y retazos de bosques de hoja caducifolia, que componen la bella paleta cromática de la Sierra de la Culebra, albergan una biodiversidad muy interesante. Refugio para la mayoría de los mamíferos hervíboros de la fauna ibérica y de su principal depredador, esconden también a un buen número de aves y pequeños pájaros de carácter forestal.
Sus grandes masas arboladas, junto a su geografía ondulada, sin grandes ni altos roquedos, condiciona la prácticamente inexistencia de aves rapaces reproductoras de mayor porte, como los buitres leonados, que no obtienen buenos lugares de nidificación en estas modestas cumbres. Sin embargo, son habituales durante ciertas épocas del año, aprovechando las numerosas carroñas de animales salvajes, acompañados en muchas ocasiones de algún individuo dispersivo de buitre negro, milano real e incluso de alimoche.
Junto a éstos, podemos observar a las esquivas águilas reales, probablemente una de las rapaces que más frecuentemente podemos observar de las que podemos encontrar en la Sierra de la Culebra. Aprovechando la espesura de sus bosques y la existencia de reptiles, encontramos también a las águilas culebreras, que a menudo se ciernen sobre los pastizales y llanuras de matorral. Más escasos pero de igual forma presentes, encontramos al águila calzada, al azor, el gavilán o el alcotán.
Águila real (Aquila chrysaetos) juvenil.
Sin embargo, es quizá, el interesante grupo de los pequeños pájaros, el que más llama la atención en las idas y venidas por este entorno. Entre las urces o brezos, reclaman constantemente las siempre huidizas currucas rabilargas, el acentor común o el chochín europeo. Junto a estos pequeños habitantes del matorral, en primavera y desde lo más profundo del bosque, escuchamos el monótono canto del cuco y el cada vez más escaso arrullo de la tórtola europea. Y en las copas de los pinos silvestres y resineros, encontramos a especies más interesantes como el piquituerto común, el herrerillo capuchino, el carbonero garrapinos o el verderón serrano entre otros muchos.
Águila culebrera (Circaetus gallicus)
Aspecto habitual de los matorrales de la Sierra de la Culebra en primavera.
Con la intención de poder observar esta pequeña parte de especies, que comparten hábitat con los siempre buscados lobos y ciervos, hemos diseñado esta actividad de jornada completa que aúna la observación de estos grandes mamíferos pero también de los habitantes alados que a menudo pasan inadvertidos para los visitantes que acuden a este espacio natural.
Carbonero garrapinos (Periparus ater)
¿Qué incluye?
Duración de la actividad: Jornada completa (8 horas)
Grupo mínimo: 2 personas Las plazas disponibles se completarán con otras reservas.
Época disponible: Todo el año. Recomendable en primavera y otoño.
Incluye: Transporte en vehículo, uso de guías de naturaleza, dossier informativo de la actividad, servicio de guía, seguros e impuestos, uso de material óptico (prismáticos para cada persona) y telescopio de alta gama.
Precio:
Modalidad jornada completa: 35 €/persona.
Reserva pinchando sobre el petirrojo.