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Fauna y flora en la Sierra de la Culebra

La Sierra de la Culebra, es probablemente uno de los enclaves más conocidos a nivel nacional para la observación de algunas especies animales, especialmente mamíferos. Miles de turistas planean sus viajes con la intención de observar fauna salvaje en este rincón agreste de la provincia zamorana. Dos especies son, notablemente, las que más interés causan en los visitantes a estas onduladas montañas. El ciervo (Cervus elaphus) y el lobo ibérico (Canis lupus signatus) son sin lugar a dudas el deseo de muchos de los participantes de este turismo de observación de fauna. 

Siendo uno de los lugares con mayor facilidad para observarlos, esta característica no facilita que la observación esté garantizada, sobre todo en el caso del fugaz y huidizo carnívoro. Sin embargo, La Sierra de la Culebra, enclavada en el noroeste de la provincia, así cómo las comarcas que la rodean (Aliste, La Carballeda, Tierra de Tábara) ofrecen al visitante numerosas opciones. 

Rastros de ciervos en un camino cercano a la Sierra de la Culebra. 

Esta biodiversidad de biotopos y por tanto de especies faunísticas y florísticas, es sin duda un recurso muy importante, que normalmente pasa más desapercibido debido al interés por las dos especies citadas anteriormente. Sin embargo, este enorme valor natural, dentro del cuál también se encuentran al lobo y al ciervo, es para nosotros quizá lo más interesante que podemos transmitir a nuestros clientes. 

 

Precisamente, gracias a la colaboración con   Naturaliste pudimos disfrutar  ayer por la tarde de una estupenda actividad en este bello enclave junto a dos familias de origen gallego. Conocimos la flora arbustiva y también la composición vegetal actual que nada se parece a la que existía siglos atrás, además de conocer algunos de los insectos más interesantes que podemos encontrar en esta época en los claros entre el matorral.

Posteriormente realizamos una espera de observación, localizando numerosos ejemplares de ciervos, algunos de los cuáles se trataban de hembras con las crías de pocas semanas. Sin poder localizar al carnívoro más buscado, realizamos también un taller sobre huellas de mamíferos que se encuentran en estos ondulados sierros. 

Participantes de la jornada de ayer.

 

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