Un buen plan en cualquier época del año es darse un paseo observando la belleza de los sotos ribereños. Su paleta de colores va cambiando a lo largo del año, desde los verdes primaverales hasta los tonos ocres del otoño. Incluso en invierno, cuándo los árboles de hoja caduca están desnudos, siguen siendo un atractivo paisaje. Alamedas, fresnedas y alisedas ofrecen gracias al sotobosque un importante refugio y despensa de alimento para las pequeñas y medianas aves que lo habitan.
En la época invernal podremos descubrir a pinzones vulgares y pinzones reales, zorzales comunes y alirrojos, mirlos, Carbonero común, Pico menor, Acentor común y también observar a los gráciles lúganos alimentándose de semillas.
Durante la primavera, encontraremos a las diferentes e inquietas especies de mosquiteros, al Zarcero común, a innumerables currucas de diversas especies, al Cuco o la dorada Oropéndola.
En las zonas de vegetación palustre, encontraremos por ejemplo al Carricero tordal y al Pájaro moscón recogiendo material con la que construirá su increíble nido colgante.
¿Qué incluye?
Duración de la actividad: 4 horas.
Grupo mínimo: 2 personas. Las plazas disponibles se completarán con otras reservas.
Época disponible: Todo el año. Disponibilidad según calendario.
Incluye: Transporte en vehículo, uso de guías de naturaleza, dossier informativo de la actividad, servicio de guía, seguros e impuestos, uso de material óptico (prismáticos para cada persona) y telescopio.
Precio: 26 € / persona.
Reserva pinchando en el petirrojo