Disfrutando de la rueda de la Avutarda

El pasado día 2 de Abril, realizamos una actividad guiada en uno de los espacios más demandados para la observación de avifauna de la comunidad de Castilla y León. Se trata de la Reserva Natural de Las Lagunas de Villafáfila, en la provincia de Zamora. 

Uno de los principales atractivos de este espacio, que se da en cualquier época del año, pero sobre todo en los tempranos albores de la primavera, es la observación del ave voladora más pesada del mundo, la Avutarda euroasiática (Otis tarda). Es precisamente en este rincón de la meseta norte, dónde sus densidades medias alcanzan las mayores cifras para la especie a nivel mundial, aspecto por el cuál es también uno de los mejores destinos para su observación directa y para deleitarse con su bello y espectacular cortejo nupcial, más conocido como la rueda. 

Los grandes altardones o barbones (nombres que reciben los machos adultos de avutarda) comienzan en estas semanas a hacerse más visibles, colocándose en zonas algo más elevadas, persiguiéndose y peleándose entre ellos y exhibiéndose ante las hembras, de aspecto más menudo y críptico, que observan agazapadas entre los tallos aún exiguos de los cultivos de secano.

Este comportamiento reproductor, es sin duda, uno de los mayores espectáculos de nuestras zonas esteparias, y su observación era también uno de los objetivos de nuestros participantes. 

Pudimos disfrutar a lo largo de las primeras horas de la mañana, de nutridos grupos de avutardas, en especial de machos adultos realizando todas las fases de la rueda. Pavoneos, caída de las alas, tensión de los bigotes, y muestra de las níveas plumas infralares e infracaudales, hasta conformar toda la transformación que sufren estas grandes aves en su cortejo.

Machos de avutarda en diferentes estadios del cortejo. Fotografías: Ángela M. Fraile y Jesús Ruiz

Durante la observación de estos ejemplares, pudimos comentar diferentes aspectos de la biología de la especie, problemática y curiosidades, que complementaron la identificación en campo de machos y hembras. Pronto, la jornada de un cielo tiznado de añil y ninguna nube adornándolo, condicionó una subida de la temperatura paulatina, que fomentó que aves planeadoras como las cigüeñas blancas, los milanos negros o las ágiles águilas calzadas, nos sobrevolasen en su diaria búsqueda de alimento.

Gracias a la observación conjunta de ejemplares de milano negro y de un ejemplar de morfo oscuro de águila calzada, aprovechamos para comentar algunos aspectos de importancia en la identificación de aves rapaces, que siempre, en la lejanía reverberada de un cielo de verano, pueden jugar malas pasadas en su identificación.

Pronto también descubriríamos a los cernícalos vulgares y cernícalos primillas, recortando sus estáticas siluetas, cerniéndose en busca de micromamíferos e insectos.

Macho de Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) cerniéndose. Fotografía: Jesús Ruiz

Posteriormente, y sin perder de vista prácticamente a grupos de avutardas realizando diferentes comportamientos, nos desplazamos hasta las salinas naturales que conforman otro de los principales atractivos de este enclave. Decenas y decenas de ejemplares de especies acuáticas sobrevolaban las láminas de agua de las salinas de Barillos y la Salina Grande. Ánades azulones, cucharas europeos, ánades frisos, cercetas comunes, porrones europeos, tarros blancos, avefrías, combatientes, descansaban plácidamente en las orillas, mientras las alborotadoras gaviotas reidoras no dudaban en alertar con sus gaznidos risueños de cualquier amenaza.

Por su parte, otras especies como las cigüeñuelas y avocetas, aprovechaban la explosión de insectos subacuáticos para llenar sus buches y proseguir, unas en su periplo hacia el norte y otras en la ardua tarea de la reproducción.

Avefría europeo (Vanellus vanellus) y Cigüeñuela común (Himantopus himantopus) Fotografías: Jesús Ruiz

 

Avoceta común (Recurvirostra avosetta) buscando alimento. Fotografía: Ángela Mª Fraile.

En las salinas de aguas más profundas y menos salobres, disfrutamos también de la observación de decenas de ejemplares de focha común, algunas de las cuáles incubaban pacientemente en sus nidos.

Focha (Fulica atra) incubando. Fotografía: Jesús Ruiz

Después de disfrutar de la comida típica tradicional, quisimos hacer hincapié en la valiosa arquitectura popular, cada vez peor conservada, mucha de ella en vías de desaparición y en estado ruinoso, visitando diferentes construcciones del entorno lagunar, y del despoblado de Otero de Sariegos. Aquí, aunque con mucha menos abundancia que en temporadas pasadas, los cernícalos primillas nos daban la bienvenida, al igual que las elegantes golondrinas comunes, que descansaban pacientemente.

Pareja de golondrinas comunes (Hirundo rustica) descansando. Fotografía: Jesús Ruiz

Ya en la recta final de nuestra actividad, no quisimos desperdiciar la oportunidad de seguir observando aves esteparias, y aunque las avutardas fueron siendo las grandes protagonistas de la jornada, la observación de un zorro entre el trigal y la contemplación de hasta tres machos diferentes de aguilucho cenizo (Circus pygargus), realizando activamente lances de caza, nos facilitó comentar la problemática terrible que sufre esta y otras aves ligadas a los mosaicos agrícolas, motivo por el cuál, en esta especie en concreto, ha sido elegida ave del año.

Macho de aguilucho cenizo (Circus pygargus) en comportamiento de caza. Fotografía: Jesús Ruiz

Para finalizar la jornada, quisimos visitar uno de los espacios más interesantes ubicados en las proximidades de la reserva, cuyo hábitat no tiene nada que ver con el englobado en la reserva, pero cuya cercanía permite al visitante poder observar, no sólo un número mayor de especies, sino un ecosistema completamente diferente. Se trata de las dehesas, formaciones de bosque mediterráneo, cantiles fluviales y riberas asociadas al discurrir del río Esla. 

Quisimos despedir aquí esta jornada, observando este bello paraje con la observación de otras especies, siendo la protagonista de la despedida, una alegra y graciosa pareja de nutrias (Lutra lutra), que no paraban de sumergirse y emerger del agua, en busca de peces y moluscos.

Nutria (Lutra lutra) y río Esla. Fotografías: Ángela Mª Fraile.

Por último, queremos hacer llegar nuestro más sincero agradecimiento a los participantes, Jesús y Pepa, que amablemente nos han brindado la oportunidad de acompañarles en esta jornada y nos han enviado muchas de las fotografías para esta crónica.

 

 

5 thoughts on “Disfrutando de la rueda de la Avutarda

  1. Jornada completa, naturaleza, mamíferos y aves…Fotos muy bonitas y comentarios muy interesantes. Gracias Gonzalo.
    Miguel Angel.

  2. Miguel Angel García González abril 19, 2023 — 4:27 pm

    Jornada completa: naturaleza, mamíferos y aves…Bonitas fotos y interesantes comentarios….
    Gracias Gonzalo!
    Miguel Angel

  3. Jesús y Charo mayo 5, 2023 — 3:25 pm

    3 y 4 de mayo de 2023
    Dos jornadas muy interesantes y agradables disfrutando de la observación de aves y de la naturaleza. Gracias Gonzalo por tus conocimientos y tu entusiasmo.
    Una actividad muy recomendable.

    1. Muchisimas gracias por vuestro interés durante las jornadas. Un placer.

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