La pasada primavera, fue un periodo de grandes recuerdos, no sólo por las actividades realizadas en múltiples ambientes por gran parte de la geografía peninsular, si no también, por la espectacularidad de esta estación. En la región centro oeste de la península, las precipitaciones invernales y primaverales, favorecieron que la primavera fuera una de las más recordadas de los últimos años. Pastizales llenos de flores, dehesas repletas de verdes de diferentes tonalidades, lagunas cargadas de agua, etc.
En estas condiciones, y quizá por ser una de las actividades más completas que hemos realizado, queremos recordarla en la siguiente serie de entradas. A comienzos del mes de abril, en compañía de dos intrépidos ornitólogos, procedentes de Reino Unido, realizamos un viaje privado (lo que se conoce actualmente como fam trip). En el viaje, recorrimos la inmensa mayoría de regiones y hábitats extremeños. Sin duda alguna, la mejor época para realizar una de las mejores actividades en uno de los mejores destinos.
Después de organizar a medida las zonas previstas para cada uno de los diferentes días, iniciamos nuestra andadura con Tony y Steve. Comenzamos el viaje en el sur de la provincia de Badajoz, concretamente en la comarca de La Serena. Sus amplias extensiones y sus zonas abiertas, son uno de los mejores lugares de la península para observar especies de aves de carácter estepario.
A primera hora de la mañana, pudimos disfrutar entre otras especies, de los aguiluchos cenizos, que se afanaban en el cortejo y en la defensa territorial. Mientras observábamos las idas y venidas de los machos, apreciamos una de las curiosidades de esta rapaz, la cría en grupo mediante la formación de pequeñas colonias comunales.
Asombrados por la espectacularidad del cortejo, observamos también el intercambio de cebas entre machos y hembras. Esta especie, fue sin duda alguna, una de las rapaces que más observamos durante la primera parte de nuestro viaje, asombrando a nuestros participantes por la densidad de aves, teniendo en cuenta la problemática actual de la especie y la escasez de la misma en su región natal. Aprovechamos para explicarles, que gracias a las diferentes campañas de conservación que se realizan a nivel nacional, la especie aún no ha desaparecido de muchas de sus zonas de cría habituales y que La Serena, es uno de los principales enclaves reproductores para la especie.
Refugio también de otras aves ligadas a medios abiertos, pronto detectamos a una de las estrellas del viaje. A través de su reclamo, conseguimos observar un precioso macho de sisón común, reclamando en una pequeña ladera. La imagen, poco más o menos que venía a representar una escena cotidiana del campo español en el siglo XX, dónde la presencia de rebaños ovinos, pastaban en los mismos pastizales dónde se reproducen aves como el sisón. Actualmente, la escasez de cabaña ganadera ovina en muchas regiones y la práctica desaparición de este ave en otras muchas, hace que cada vez sea más difícil poder tener recuerdos como este.
Macho de sisón junto a un rebaño de ovejas. Foto: Tony Hocking
Nada más continuar, la presencia de varios individuos de alcaravanes se unía al inconfundible reclamo de las ortegas en el cielo. Todo ello amenizado por una pareja de collalbas rubias que volaban de uno a otro lado del camino, y que sin duda, es una de las especies de paseriformes más bellas de nuestra avifauna.
Alcaraván y collalba rubia. Fotos: Erithacus-Observación de Naturaleza.
Conforme avanzaba la mañana, continuamos nuestro recorrido, observando otras especies propias de estas llanuras extremeñas, como los alcaudones reales y alcaudones comunes, un grupo lejano de canasteras, gorriones morunos, cernícalos primillas. Siempre vigilados por los mochuelos europeos.
Mochuelo europeo en un majano de piedras. Foto: Tony Hocking
Comenzaba a hacer más calor y las grandes rapaces hacían su aparición en escena. Una gran águila culebrera, sobrevolaba una de las campiñas en busca de reptiles, y las estelas de buitres leonados y buitres negros comenzaban sus campeos diarios en busca de carroñas. Se acercaba el mediodía y decidimos continuar el viaje, en esta ocasión hasta la ciudad de Mérida. Parada obligatorio para el turismo en la comunidad extremeña, pero también para observar otras especies ligadas a medios acuáticos. Visitamos algunos de sus humedales más reseñables, como el embalse de los Canchales o la propia ribera del río Guadiana, deparando observaciones de las colonias de cría mixtas de ardeidas, dónde el morito fue la especie más destacable, pudiendo observar diferentes estadios reproductores (adultos incubando, adultos con pollos, pollos volantones). Durante la comida, fuimos sorprendidos por alguna garza imperial y por un pequeño reptil que aprovechaba para solearse, la salamanquesa común.
Salamanquesa soleándose. Foto: Tony Hocking
Para finalizar el día, volvimos sobre nuestros pasos hasta el alojamiento, haciendo parada y fonda en las cercanías del embalse de Alange, dónde por supuesto quedamos maravillados con los fugaces movimientos de los vencejos reales y con la observación de una de las especies más demandadas por nuestros participantes, la collalba negra.
Collalba negra sobre uno de los roquedos. Foto: Tony Hocking.
Esperemos que esta primera parte de la crónica de nuestro viaje os guste y os invite a seguir descubriendo que observamos en la segunda parte y también a querer vivirlo en primera persona.