Durante los últimos meses del verano y a comienzos de este otoño, una vez más, hemos visitado la Sierra de la Culebra con diferentes grupos. Llegados desde diferentes lugares de la geografía peninsular (Galicia, Valencia, Almería, Castellón, Valladolid, Andalucía, Euskadi) y también de procedencia europea (Suiza, Polonia, Inglaterra y Alemania), hemos disfrutado interpretando y enseñando la riqueza natural de esta reserva.
Los paisajes, la flora y sobre todo su fauna, especialmente los mamíferos silvestres, hacen que la reserva regional de caza de la Sierra de la Culebra, sea un entorno de alto interés, para quiénes buscan observar y fotografiar mamíferos terrestres en libertad, en un espacio, que aún se encuentra relativamente, salvaje, pese a los últimos grandes incendios forestales.
En esta pequeña crónica, y a efectos de resumir la esencia que aglutinan todas las actividades realizadas durante este tiempo, mostramos un pequeño resumen de los momentos, observaciones y jornadas más interesantes. Durante finales del verano y a comienzos del otoño, quizá, las épocas con mayor afluencia de turistas en la Sierra de la Culebra, son dos mamíferos terrestres, los que atesoran el mayor interés de los participantes.
Uno de ellos, buscado siempre (con buen y no tan buen propósito) es el Lobo ibérico (Canis lupus signatus), que en estas épocas menos calurosas, aumenta su detectabilidad. Además el desarrollo de los cachorros, fomenta que comiencen a estar más activos en el grupo familiar, ofreciendo más posibilidades de observación. Así nos ocurrió en varias jornadas de las realizadas, como por ejemplo, en el caso de la jornada realizada con Adrià y Marisa, en el que pudimos observar entre 4 y 5 individuos diferentes, durante varias observaciones a lo largo de las dos esperas de observación realizadas.
Mucho más abundante y fácil de observar que este carnívoro, el ciervo (Cervus elaphus) es la segunda especie más buscada. Algo lógico pues es precisamente en esta época del año, cuando la berrea se hace palpable y los grandes machos se retan, pelean y compiten por los harenes de hembras, demostrando la fuerza y potencia que tienen, rompiendo el monte con sus persecuciones.
Miguel, Bárbara o Diego, entre otros participantes, disfrutaron observando y escuchando el espectáculo anual de la berrea.
Junto a estos protagonistas, conseguimos observar, al que quizá sea uno de los habitantes más entrañables de los cursos acuáticos de la reserva. No es ni más ni menos que la intrépida nutria (Lutra lutra), que hizo las delicias de varios de los participantes, mientras pescaba afanosamente.
Junto a estas especies, habría que añadir un buen número de individuos de especies de aves, como los individuos de buitre leonado (Gyps fulvus), buitre negro (Aegypius monachus), águila real (Aquila chrysaetos), y otros mamíferos como el zorro (Vulpes vulpes), el corzo (Capreolus capreolus), el jabalí (Sus scrofa) o los rastros localizados de garduña (Martes foina) o tejón (Meles meles).
Con esta completa lista de especies, finalizamos esta crónica, agradeciendo a todos los participantes por su interés durante las actividades, y también a nuestros colaboradores de Naturaliste.
