Durante el primer trimestre del año 2022, el equipo de Erithacus – Observación de Naturaleza, ha trabajado ampliamente en diversos proyectos de estudio ambiental y de turismo de naturaleza, pero sin duda uno de los principales cambios, ha sido la adquisición de una pequeña y humilde parcela y las primeras medidas realizadas en la misma.
Este nuevo y ambicioso proyecto, que podéis consultar en la página Micro reserva La Coruja de nuestra web, será sin duda una parte muy importante del día a día de nuestro equipo, pero también de El Blog del Petirrojo.
Queremos inaugurar esta primera entrada sobre nuestra reserva privada, contando el motivo del nombre tan peculiar con el que la hemos querido llamar, «LA CORUJA». ¿A qué se debe este nombre?
Es bien sabido, que en los entornos rurales de los pueblos de la meseta norte, salpicados de vetustas construcciones como los palomares, molinos, tenadas, corralones y viviendas hechas de modestos materiales, como el adobe o la teja árabe, habita una de las rapaces nocturnas ibéricas más reservadas, la Lechuza común (Tyto alba).
Lechuza (Tyto alba) en el interior de una edificación en la RN Las Lagunas de Villafáfila (Zamora).
Una especie, perseguida desde tiempos inmemoriales por la civilización humana, debido a su asociación con la oscuridad de la noche, la muerte o las creencias demoniacas. Esta persecución ha propiciado también una enorme cantidad de material narrativo, normalmente en forma de leyendas y mitos, y en la formación de numerosos nombres vernáculos.
Su extraña apariencia, toda ella de un níveo color blanco en la oscuridad de la noche, sus escalofriantes reclamos y su mirada fija de color azabache, han contribuido a alimentar a este fantasmagórico habitante de nuestros pueblos.
La cultura clásica, pese a atribuir aptitudes humanas, como la sabiduría y el estudio, a sus primos, los búhos, o incluso a asignar, en la mitología griega, la clara representación del ave que acompaña a la diosa griega Athenea, al conocido como mochuelo de Athenea, no ha tenido la misma consideración con nuestra lechuza común. El mochuelo de Atenea ha sido utilizado en la cultura occidental como símbolo de la filosofía, y no es ni más ni menos, que otro habitante de los pueblos de la meseta, el Mochuelo europeo (Athene noctua).
Mochuelo europeo (Athene noctua) sobre un muro construido con adobe.
Pero centrémonos, de nuevo en el motivo del nombre de nuestra reserva, Coruja. Si bien el nombre más habitual y conocido es el de Lechuza; en su diccionario etimológico, F. Del Rosal relaciona este nombre con el latín noctua, al escribir: «Lechuza, corrupto de Nochuza, Ave de la noche». De ese primigenio Nochuza, habría evolucionado como Nechuza hasta la Lechuza de nuestros días. Como recogen diferentes autores, esta evolución parece también cobrar más sentido con la evolución de los registros montañeses cántabros (nuética, nuétiga, nétiga, nétoba, nuétaga) o la nueta de Tierra de Campos, la noutarega de Hermisende (Zamora) o el ave de noite de algunas regiones asturianas.
De cómo ha llegado al nombre actual, hay varias teorías, que no vamos a comentar en esta ocasión, pero que están disponibles en la bibliografía escrita sobre esta especie. De una de esas teorías parece venir también el nombre, aún si cabe más peculiar, que recibe esta especie en Igüeña (León): cabra llouca.
Coruja, con sus variantes, coruxas y curuxas, parece venir a significar «ave que anda de noche». Quizás incluso pueda ser un nombre onomatopéyico. Es precisamente este nombre, en su variante más occidental, Coruja, el que hemos querido seleccionar para dar nombre a nuestra reserva, en especial por los siguientes motivos, que exponemos a continuación:
- Uso y divulgación de los nombres vernáculos para evitar su degradación y pérdida como parte del vocabulario rural.
- Divulgación de la especie y su problemática actual.
- Simbolización de una especie muy popular.
- Creación de proyectos de estudio y conservación de esta especie a nivel local.
Pero sin duda, todo esto no tendría verdadero sentido, sin que la reserva albergase una pareja reproductora de esta enigmática rapaz nocturna. Fiel a los rincones más tranquilos y oscuros de las edificaciones, como se puede comprobar con la leyenda que se le achaca. Popularmente se decía de la costumbre de entrar en las iglesias a beber el aceite de las lámparas: Donde hay coruja aceitona hay sacristana ladrona. Sin duda, nada de especial tenía el aceite de las lámparas para estas aves, sino más bien la tranquilidad de las oscuras estancias de las iglesias.
A comienzos del mes de Marzo de 2022, comenzamos los trabajos para adecuar uno de los espacios que alberga nuestra reserva. Aprovechando la tranquilidad y oscuridad del desván de la vivienda, y la existencia de una vieja ventana en uno de sus extremos, comenzamos a construir una caja nido para esta especie. En esta ocasión, utilizamos maderas recicladas para su construcción.
Vista interior trasera de la caja nido colocada.
Después de su colocación, sólo quedaba esperar a que las bellas y blancas corujas, la visitasen. Simultáneamente, se realizó un pequeño seguimiento de las parejas de lechuza común del entorno más inmediato, comprobando que el número de individuos en la zona no era nada despreciable, animándonos a pensar que la ocupación de nuestra caja nido, podría ser relativamente sencilla.
Apenas un mes después de la colocación de la caja nido, coincidiendo con el período de celo más habitual de esta rapaz, en plena noche, conseguimos escuchar a dos ejemplares al unísono, con sus llamativos y sonoros reclamos. Después de esa noche, comprobamos que la caja nido había causado impresión en las aves, pues hemos podido observarlas y escucharlas en repetidas ocasiones durante diferentes jornadas.
Ejemplar de Lechuza común (Tyto alba) asomada en la ventana que da acceso a la caja nido colocada para la especie.
Ahora queda la ardua tarea de esperar pacientemente, para saber si continuarán con el proceso reproductivo, engendrando una nueva familia de lechuzas, dando una inmejorable acogida al nombre de nuestra reserva.
En las próximas semanas, os mantendremos informados de las novedades mediante esta sección y también en nuestras rrss.
Nos alegramos un montón de vuestro nuevo y apasionante proyecto, en el mejor de los escenarios, vuestro hogar en plena naturaleza con la mejor de las compañías.
El nombre que le habéis puesto no podía ser mejor y estar más en consonancia: Micro Reserva «La Coruja» ….suena muy bien, a proyecto con carácter; y huele a exito seguro.
Qué buenísima noticia, os deseo que tengáis toda la suerte del mundo – que no es suerte, es el fruto de vuestro grandísimo esfuerzo-, que os dé y nos dé muchísimas alegrías y gracias por preservar la vida de nuestros amigos!!