En el corazón de la Sierra de la Culebra

El pasado 15 de Abril, nos adentramos con una estupenda pareja valenciana, en lo más profundo de la Sierra de la Culebra. Una sierra agreste, ondulada y tapizada por la falsa impresión de verdor, pintada en gran parte de su superficie, por los tonos pardos de las urces, carquesas y perennes verdores de los pinares. 

El objetivo de la jornada era sin lugar a dudas uno de los protagonistas de la comarca,  el Lobo ibérico (Canis lupus signatus). Pese a realizar una espera de observación al finalizar la actividad, esta vez no hubo suerte con este huidizo y reservado mamífero, pero queremos empezar esta crónica de la jornada por el principio.

Comenzamos nuestra actividad, con la visita al Centro del Lobo Ibérico Félix Rodríguez de la Fuente, en la que los participantes pudieron no sólo observar a los lobos, sino conocer mucho más sobre la figura de este depredador y su importancia en los ecosistemas.

Principio de jerarquía de dos lobos ibéricos en el Centro del Lobo, foto archivo.

Continuamos la actividad, desplazándonos hasta Villardeciervos, no sin antes realizar varias paradas para conocer los secretos que esconden las laderas de esta sierra, haciendo hincapié en la vegetación autóctona y actual de esta reserva, observando algunas especies de aves y realizando parte del taller de rastreo mediante huellas e indicios.

 

Después de la parada para comer, continuamos descubriendo más indicios de fauna y también pusimos en práctica la importancia de conocer los cantos de nuestra avifauna, como es el caso del repetitivo y primaveral canto del Cuco común (Cuculus canorus), recién llegado de sus cuarteles de invernada y que no cesa en su empeño de dar las horas en el bosque.  Serenata  de cucús que nos permitieron repasar algunas de las más prodigiosas adaptaciones de la especie y también de la tradición oral popular para con esta especie.

Poco a poco el concierto de los solistas cucos, bajo los coros de acentores comunes (Prunella modularis), Tarabillas europeas (Saxicola rubicola), y Currucas rabilargas (Curruca undata), dejaban paso a la observación de aves rapaces como lo tres milanos reales (Milvus milvus) que prospectaban incasablemente las laderas en busca de carroñas y una bella Águila culebrera (Circaetus gallicus), que sorprendimos pacientemente descansando en su percha, en lo alto de un gran pino silvestre (Pinus sylvestris).

 

Pese a que el carnívoro no quiso dejarse ver, fueron notables las observaciones de diferentes ejemplares de ciervo (Cervus elaphus) a lo largo de la jornada,  cuyos grandes machos comienzan ya a prepararse para la lejana berrea, mientras una nueva remesa de inexpertos gabatos, comienzan a nacer entre los mares densos de carqueixas, urces y jaras.

Queremos agradecer tanto a nuestros amigos de Naturaliste, como a los magníficos y atentos participantes por elegirnos para enseñar la naturaleza en su estado salvaje. Por supuesto, también  a la persona que nos pudo realizar las fotografías de la jornada.

 

 

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