A finales del mes de mayo, disfrutamos de una grata y fugaz actividad de observación de fauna en las tierras fronterizas de las provincias salmantinas, abulenses y zamoranas. Es esta región, a medio camino entre las comarcas de Tierra de Peñaranda, La Moraña y La Guareña, una de las zonas más interesantes de la Comunidad para la observación de numerosas especies faunísticas, especialmente de las aves ligadas a medios esteparios.
Gracias a la colaboración con los amigos de Aquila Naturaleza nos integramos con una afable pareja de escoceses en los arenosos caminos entre zonas de cultivos de secano, pequeños montes mediterráneos, zonas húmedas y sotos de ribera de la región este de la provincia salmantina.
A primera hora de la mañana, recogimos a Jim y Angela en su alojamiento en Salamanca capital, para rápidamente comenzar con la observación de aves. Pequeños paseriformes como el ruiseñor común, la abubilla o el verdecillo común nos daban la bienvenida con sus reclamos y cantos en el medio de una mancha de encinar. Una vegetación muy común y habitual para nosotros, pero que sin duda, es de alto interés para participantes que proceden de otros destinos.
Entre las encinas, pronto aparecen ante nosotros dos de los mamíferos más representativos de estos bosques y matorrales mediterráneos mezclados con cultivos, como son el conejo de monte y la liebre ibérica.
Mosquiteros papialbos, gorriones chillones, trepadores azules, escribanos trigueros, jilgueros europeos y pinzones vulgares, se suman a la sintonía de la mañana, cuando de pronto, posada como si de una bella gárgola se tratase, detectamos ante nosotros, en lo alto de un chopo, a una de las especies más destacadas de la jornada, el águila imperial ibérica.

Adulto de Águila imperial ibérica controlando su territorio.
Este ejemplar nos dejó observarlo a placer mediante el telescopio terrestre, a una distancia media-larga, sin interferir en absoluto en su comportamiento. Se encontraba controlando su territorio, mientras se atusaba el plumaje para iniciar una nueva jornada de campeo en busca de caza. ¿Quizá alguno de los conejos de monte observados con anterioridad?
Su postura permitió explicar a los participantes alguno de los rasgos diagnósticos para su identificación, como los notables hombros blancos, la nuca de color leonado y el tono oscuro tan característico de los ejemplares adultos. Por supuesto, aprovechamos para explicar la recuperación que está teniendo esta especie en la última década, pasando de ser el emblema del bosque mediterráneo bien conservado a ocupar numerosos y diversos hábitats, siempre que existan requerimientos suficientes. Algo que pudimos comprobar después, al observar otra pareja de adultos sobrevolando otro territorio en un área abierta.
Una vez que la observamos detenidamente, continuamos nuestro recorrido, observando y detectando por sus reclamos a otras especies estivales, como el abejaruco europeo, la oropéndola europea o el alcaudón común.

En seguida llegamos a uno de los humedales más conocidos, precisamente por la importancia ornitológica que atesora. Como muchos lectores sabrán, se trata del Azud de Riolobos, que con la correspondiente campaña de riego, se encontraba con un nivel hídrico bastante alto. Esto condicionó, por supuesto, de manera negativa la observación de aves en las orillas arenosas, inexistentes. Sin embargo, pudimos disfrutar de varias especies de anátidas, pero fue una de las aves acuáticas más llamativas y vistosas, la que se llevó el protagonismo. El somormujo lavanco, con sus anaranjados tonos y llamativas golas, nos deleitó con parte de su comportamiento reproductor, realizando los aportes a la construcción del nido.
El protagonismo pronto fue compartido con otra especie de ave rapaz, no menos interesante que el águila imperial ibérica. A diferencia de ésta, migrante transahariana, colonial, y muy aquerenciada a los asentamientos humanos, el cernícalo primilla, exótico para cualquiera, ocupaba sus colonias de cría habituales, intentando críar en las pocas tenadas y oquedades naturales que quedan en estas construcciones centenarias. Algunas cajas nido suplen las tenadas caídas o modificadas por tejados de chapa, permitiendo así reproducirse a alguna de las parejas.

Este pequeño halcón, permitió observar numerosos detalles de su comportamiento reproductor, así como apreciar detalles del plumaje y el notable dimorfismo sexual, en el que las hembras carecen de los coloridos contrastes azulados y ocres de los machos adultos.


Continuamos la última parte de nuestra actividad, en plena zona agrícola, observando a las tres especies de aguiluchos presentes de manera regular en nuestra península. Al igual que con otras especies, explicamos sus principales amenazas de conservación. En el último momento, disfrutamos de la que quizá, es el emblema por excelencia de las especies de hábitats abiertos, la avutarda euroasiática. Una observación cercana de un bonito barbón, que pese a la mala luz ambiente, puso el final a la actividad, antes de nuestra viaje de nuevo a Salamanca.

Queremos agradecer a nuestros amigos de Aquila Naturaleza y especialmente a la amabilidad e interés de los participantes, con los que disfrutamos gratamente de la actividad y de las conversaciones mantenidas sobre la naturaleza y las especies observadas. Gracias Jim y Angela por vuestra visita.



Bonito e interesante reportaje sobre una jornada «pajarera».
Los comentarios sobre las especies observadas enriquecen nuestra culturilla ornitológica.
Gracias
Muchas gracias Miguel. Es un placer que las entradas que subimos a esta sección os gusten